Hace 21 años en medio de un reclamo puntual y social eran fusilados a mansalva los muy jóvenes compañeros Kosteki y Santillán.
Más o menos veinte años antes, la clase obrera y el pueblo argentino y sobre todo las organizaciones armadas revolucionarias que intentaron conducir a una Patria sin explotadores ni explotados eran objeto de una de la peores derrotas y masacres de que se tenga memoria en Argentina.
Esa derrota implicó también la derrota ideológica y un gran retroceso en el nivel de conciencia de las masas.
La teoría de "los dos demonios" que fue equiparar a los revolucionarios con los genocidas había calado hondo impulsada por las usinas de pensamiento norteamericanas y europeas socialdemócratas a nivel internacional y en la Argentina replicada por el Alfonsinismo, la casi mayoría absoluta de los organizaciones de DD.HH. y por algunas izquierdas.
Intentar reconstruir ese proyecto revolucionario lleva aún más de 40 años.
Un par de años antes de la masacre del Puente Avellaneda había caído un presidente electo por el voto popular (lamebotas de los Yankis cono decía Fidel) en una pueblada que costó 40 muertos en dos días.
Aparecía en escena el llamado o autodenominado "Movimiento Piquetero".
El "piqueterismo", (el corte o bloqueo de calles y rutas), que durante décadas fue un método o medio de lucha utilizado por la clase obrera en pueblada memorables pasaba (unos hace 20 años) a convertirse en una identidad política.
Un método de lucha devenía en una identidad, sin que se supiera muy bien de que se trataba ese proyecto.
En ese marco de reclamos contra un gobierno absolutamente peronista, tanto en el Presidente interino, como en la totalidad de su gabinete aparece la famosa movilización del 26 de junio que produce una de las más salvajes represiones de los últimos tiempos.
Varios de esos ministros y funcionarios peronistas fueron reciclándose en kirchneristas y siguen siendo responsables políticos de la represión.
Los jóvenes asesinados ese día Darío y Maxi aparecían como el más alto nivel de conciencia en ese momento.
Parecía que en esos dos compañeros se podría haber encarnado luchas pasadas con luchas futuras.
La muerte que los encontró en Avellaneda nos privó y nos impidió a todos saberlo.
De 20 o 30 años antes de la Masacre se pasó de luchar por "la Patria Socialista" a luchar por necesidades urgentes surgidas de la explotación y la miseria del capitalismo.
La decadencia del nivel de conciencia era también evidente.
Lo que siguió después es historia conocida y devino en la gran dispersión que hoy conocemos.
Muchas organizaciones "piqueteras" o "sociales" se hicieron oficialistas de distintos gobiernos peronistas.
Otros siguieron caminos sugeridos desde Europa (aún agitando banderas indígenas "wirphalas" y consignas de Plurinacionalidad) donde el proyecto era "luchar contra el capitalismo sin tomar el poder".
Hoy Convocatoria SEGUNDA INDEPENDENCIA rinde homenaje a Darío y Maxi, saludamos a sus familiares y compañeros de identidad política.
Nuestros enemigos truncaron sus vidas privándonos de un aporte indispensable.

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